Escribir una buena historia de aventuras no es algo fácil, y más teniendo en cuenta lo diverso que puede ser el género (¿y si lo que yo entiendo como novela de aventuras no es lo mismo que tú?). Dentro del propio género de aventuras antiguo hay diversas subcategorías. Tenemos la novela de viajes (la vuelta al mundo en ochenta días), las de exploración (viaje al centro de la tierra) o incluso mezclas de ambas. También hay obras más de acción (Indiana Jones).
Es imposible dar un consejo que valga para todo tipo de obras de aventuras, así que el primer consejo para escribir una buena obra de aventuras es inspirarte en aquellas obras de aventuras que a ti te gustan y te parecen buenas. Si adoras historias como Indiana Jones, Tomb Raider o Uncharted, examina qué tienen en común esas historias, y qué es lo que a ti te apasiona de ellas. No se trata de regurgitar un batiburrillo de clichés, sino de averiguar qué es lo que te hacen sentir y cómo lo hacen, para poder hacérselo sentir tú a otras personas cuando lean tu obra.
Así que, paso número 1: Investiga tu género. Empápate del tipo de historias que te gustan, revísalas, estúdialas, y comprende qué las hace especiales para ti. Eso es lo que tú tienes que inspirar a tus lectores.
Ahora, vamos a ver un poco de consejos generales, y luego consejos específicos según el género:
1. Una novela de aventuras tiene que ser emocionante.
Lo que sí que tienen en común todas las historias es que son emocionantes. Hay dos emociones muy distintas que se suelen evocar en las novelas de aventuras: Una es el asombro o la maravilla; y la otra es la tensión o adrenalina.
La maravilla suele darse en las de viajes y exploración, y la adrenalina en las de acción y aventura como tal, aunque muchas suelen tener un poco de ambas. El templo dorado con bóvedas gigantescas llenas de luces de colores es asombroso, pero en cuanto empieza a llenarse el suelo de brea inflamable, aumenta la tensión.
Una tercera emoción puede ser la curiosidad. Los mundos extraños y desconocidos son la base de las novelas de aventuras, porque la gente quiere saber.
2. Una novela de aventuras tiene que controlar muy bien el ritmo
Las historias emocionantes suelen atraparte porque tienen buen ritmo, y se dejan leer bien. En el caso concreto de las novelas de aventuras, se suele seguir una estructura bastante sencilla: Se presenta un elemento disruptor (digamos, una ánfora de una cultura desconocida), se tiene un momento de breve calma antes de la tormenta (nuestra investigadora de culturas griegas antiguas puede estudiarla un poco) y esto se ve interrumpido por una acción antagónica, ya sea de un personaje (el malvado ladrón de arte) o del ambiente (han activado una trampa y el templo se va a caer a pedazos). Hay un momento de alta tensión, como una huida o una persecución, y tras el clímax se vuelve a una pequeña calma (puede estudiar la ánfora con tranquilidad, tiene una divertida conversación con su pequeña asistente).
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