Ah, el crítico interior del escritor. Es ese astuto editor interior que tiene tal forma de decir la última palabra (y la primera y la segunda palabra) en cualquier sesión de escritura o proyecto. La mayoría de las veces, cuando los escritores hablan del crítico interno, hay una gran cantidad de autocrítica exagerada sobre cuán despiadada puede ser esa vocecita. Bromeamos sobre el crítico interno como una experiencia universal, pero para muchos escritores en un momento u otro, el editor interno puede convertirse en un tirano contraproducente.
Y, sin embargo, como escribí hace mucho tiempo, el editor interno es realmente un amigo del escritor . Cuando está saludable, el crítico interno es esa guía en nuestras cabezas que nos muestra cómo mejorar. Después de todo, todo escritor necesita un editor . Sin un crítico interno saludable, nuestra escritura inevitablemente se ahogaría en un mar de autocomplacencia . La crítica en nuestras cabezas nos impulsa a ser mejores, a disciplinar nuestra técnica, a ejercer la energía y el esfuerzo para dar lo mejor de nosotros y luego aprender a hacerlo mejor.
Entonces, ¿por qué tantos escritores luchan con su editor interno? En última instancia, el problema, por supuesto, no es el crítico/editor interno o el hecho de que tengamos uno, sino ciertas manifestaciones o patrones tóxicos. En resumen: el problema es que el crítico interno con demasiada frecuencia no es saludable. Incluso los escritores que son capaces de acceder constantemente a su crítico interno saludable pueden encontrar que surgen ciertos patrones no saludables en ciertas áreas de su proceso.
La pregunta que estoy explorando hoy es cómo aumentar la salud y la eficacia del muy necesario crítico interno mientras se disminuyen los efectos nocivos de la toxicidad desequilibrada e ineficaz.
6 signos del crítico interno poco saludable
1. Proyecta “crítico interior” fuera de uno mismo
La mayoría de las veces, cuando los escritores hablan del "crítico interno" o del "editor interno", se refieren a la versión poco saludable , al menos en parte. Cuando todo funciona sin problemas en nuestro cerebro de escritura, por lo general ni siquiera pensamos en el crítico interno como algo o alguien que existe fuera de nosotros. Cuando el crítico interno está sano, no es una “voz en tu cabeza”, eres tú .
Sin embargo, el crítico interior tóxico suele ser una proyección, un aspecto de nosotros mismos que hemos tratado de separar en nuestro "no-yo".
El editor interno tóxico puede asumir la voz de una figura de autoridad temprana cuyas críticas te moldearon.
Puede tomar la voz de un editor reciente o un socio crítico.
O, simplemente, podría presentarse bajo la apariencia de "tus lectores" (quienes, en este caso, parecen un grupo muy difícil de complacer).
Independientemente, la voz no eres tú . Es posible que ni siquiera crea o esté de acuerdo con las críticas, que suelen ser de naturaleza más personal (p. ej., "apestas") en lugar de específicas del proyecto (p. ej., "necesitas escribir oraciones más activas en este capítulo").
.../...
Para continuar leyendo, visite : https://www.helpingwritersbecomeauthors.com
Si te gusta el articulo, por favor comparte.